Científicos de Estados Unidos localizaron la clave
para combatir los trastornos alimenticios, como la obesidad, en un
receptor en el cerebro humano, según un estudio publicado por la revista
especializada Science Translational Medicine.
Al
localizar el lugar exacto del cerebro que desencadena los desórdenes
alimenticios, los investigadores de la Escuela Icahn de Medicina de
Mount Sinai (Nueva York) abren una nueva puerta para el tratamiento de
esos trastornos.
El aumento y la pérdida de
peso en el cuerpo humano es consecuencia de un mecanismo en cadena. El
hipotálamo, la parte del cerebro que controla el apetito y la masa
corporal, se ve afectado por una pequeña molécula que activa ciertos receptores que desencadenan la sensación de hambre.
Una
vez que comprendieron este mecanismo, los expertos se dedicaron a
buscar el compuesto farmacéutico adecuado para estimular esa parte del
hipotálamo.
Tras probar con más de 10.000 compuestos químicos, los científicos encontraron un fármaco que efectivamente generó apetito en unos ratones, que comieron en grandes cantidades y aumentaron su masa corporal.
Los
investigadores de Nueva York confían en que se pueda activar esta misma
molécula en el cerebro humano mediante el suministro de los fármacos
adecuados y así combatir no sólo la obesidad, sino también la anorexia y la bulimia.
El
mayor avance de este estudio es que señala la parte del hipotálamo al
que los compuestos químicos farmacéuticos deben dirigirse.
Este
descubrimiento abre una nueva línea de investigación para el
tratamiento de trastornos alimenticios tan comunes como la obesidad, que
afecta a más de 600 millones de adultos y a más de 42 millones de niños
menores de cinco años, según los datos más recientes de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
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